
¿Qué pasaría si las hermanas March, las queridas protagonistas del clásico Mujercitas, hubieran nacido en una sociedad totalitaria?
En la ciudad ideal de Concordia todos son Buenos Ciudadanos. Hacen su vida y su día a día es plácido y sin sobresaltos, al menos, mientras obedezcan las normas y al gobierno que les vigila en todo momento.
Entre los Buenos Ciudadanos de Concordia, la familia March es una de las más respetadas y las hijas de la familia son todo lo que se espera de ellas: talentosas, dóciles, buenas hermanas y buenas ciudadanas, pero todo esto cambiará en cuanto comiencen a ver las fisuras del sistema, en cuanto comiencen a preguntarse si ese mundo en el que viven es tan ideal como parece.
Después de leer esta novela tan extensa, en principio, recomendada para jóvenes, tengo que decir que me ha dejado un poco fría. La historia de las hermanas March, en un mundo parecido al Gran Hermano de “1984” en la que nos todo es tan bueno como aparenta se extiende demasiado en las páginas, es demasiado larga y el final te deja con muchas respuestas sin contestar y con, lo que parece, una segunda parte de la historia. Me la he leído porque quería saber cómo los autores, nos iban a llevar hasta la conclusión. Y aunque la novela de lee bien para mi no me parece una novela redonda.